lunes, 22 de junio de 2009

Gaviota, gaviota...

Tengo sueño, no puedo dormir, son las tres de la mañana y en un rato tengo que presentar un "taller". Y tengo que ampliar el dosier, y tengo que hacer el trabajo teórico, y que estudiar anatomía y fisiología...

Y bueno, esta tarde he subido al terrao con un atuendo improvisado para hacer de María, que si, se cayó recogiendo cebollas y se ha jodido el pie. Y he de decir que la he flipao con las gaviotas, que no sé por qué motivo pasaban por aqui como si fuera su casa. ¿Y qué son las gaviotas? Son él, y lo que él no es; lo que tenía y lo que nunca tuve. Y es triste y alegre a la vez verlas pasar, como recordándote aquello de lo que careces y que alguna vez tuviste, aunque no lo tuvieras.

El otro día, un señor con tutú dijo algo que me gustó mucho. Era algo así como "volar es hermoso porque sabes que siempre podrás volver a tomar tierra." Asusta volar, ¿eh? Y a mi que siempre me ha gustado lanzarme a intentarlo, y ahora lo pienso y me asusta. Porque no siempre vas a poder volver a tierra, al fin y al cabo, no eres un pájaro. Y da miedo despegar sin saber que vas a llegar lo suficientemente lejos para poder aterrizar en otro sitio sin cansarte antes, sin darte por vencido para dejarte caer en el vacío. Y contra el miedo, ¿qué hay? Nada, simplemente ponerle un par de huevos y tirar hacia delante. Así que, con vuestro permiso, voy a ser gaviota, pero bien enraizada de cualquier modo. Porque aunque a veces levante el vuelo siempre podré volver a clavarme en la tierra.

No hay comentarios: