miércoles, 22 de diciembre de 2010

Otro mundo, otros mundos.

Los nervios, el estrés, el cansancio de estas últimas semanas se evade poco a poco...
Ayer presentamos los talleres de "Soñar despiertos", nuestro grupo y dos más. Talleres muy distintos pero no por ello mejores ni peores, en los que cada uno hizo lo que pudo para transportar al público a su propio mundo de fantasía. Para mí fue como una gran fiesta, un regalo de Navidad, poder compartir el trabajo con los demás; trabajo del que he disfrutado enormemente a pesar de las dificultades que hemos tenido, con dos personas que son maravillosas y que lo han facilitado a más no poder.
Un escenario vacío, completamente negro, un plástico en el suelo y tres actores. Y con eso, poder contar una historia. Nada más. Nada más es necesario para soñar que uno mismo.
Por eso, os invito a que soñéis.
¡Soñad, soñad, soñad...!
Porque como dijo Whitman, "sólo en sueños es libre el hombre".