lunes, 25 de abril de 2011

¡Baila!

Todo lo bueno se acaba. Incluídas las vacaciones. Ayer me despedí de mi maestro, que ha estado con nosotros estos últimos días y se volvía a Madrid. Ha sido un gustazo compartir ese tiempo con él. Hoy, mi hermano vuelve a Valencia. Mañana empiezan las clases. Recta final, el último esfuerzo antes de terminar el curso. Y el miércoles de vuelta a los entrenamientos.
He de reconocer que, aunque estos días no han sido fáciles y ociosos, he podido descansar. Al menos un poquito. Pero ahora mismo, conforme me he levantado, se ha apoderado de mí un nerviosismo, una necesidad de actividad frenética pre-postvacacional.
Limpiaré la casa, abriré las ventanas de par en par y dejaré que entre el aire, para que pueda llevarse toda la tristeza, todo el cansancio, todos los remordimientos... ¡Que entre el aire en esta casa! Quiero que cada rincón, que cada esquina, que cada recoveco de este lugar quede impregnado de brisa primaveral. De nuevas esperanzas, de nuevos (y viejos) retos (renovados), de nuevas fuerzas para vivir la vida.

"Ponte al sol, para que cristalicen esas deliciosas gotas; se convertirán en magníficos diamantes..."


http://www.youtube.com/watch?v=CHLQGKRn_Ak&feature=player_embedded

viernes, 22 de abril de 2011

Time is over...

Hace tiempo que no me salen las palabras. Escriba lo que escriba, no consigo explicar lo que deseo.
La cuestión es, que si no sigo intentándolo no seré capaz de volver a escribir algo decente.

Lo mismo, exáctamente lo mismo me pasa con las relaciones. Llevo meses diciéndome que es cuestión de tiempo que me sienta tranquila con alguien, que es algo complicado congeniar con una persona y que no estoy en el momento adecuado para empezar nada.
A la mierda.
Nunca va a ser el momento adecuado, nunca; el universo entero no va a ponerse a mi favor y va a decir "¡Ahora, ya puedes empezar!". No puedo seguir esperando a que se alinien los planetas y todo esté correcto.
Es cierto, una relación requiere de muchas cosas. En primer lugar, hay que saber existir como individuo, es decir, solo. Saber estar sola, saber confrontarte a tus defectos, a tus problemas, a tu vida en general por ti misma. El segundo paso es dar. Una relación de pareja es un acto de generosidad, un tira y afloja, un compartir. Compartir quiénes somos, para empezar.

Creo que ya soy capaz de hacer esas dos cosas, en mayor o menor medida, así que ¿por qué negarme la oportunidad?