sábado, 24 de noviembre de 2012

Un profundo pozo



Hay momentos en la vida en los que las cosas se ponen realmente difíciles. Todo se ve negro y parece que el dolor y el sufrimiento no vayan a acabar nunca. Pasan los días, y ves que sigues igual, que tu actitud frente a este pozo en el que te encuentras sumida no varía por mucho que lo intentes. Sientes que vas a morir ahogada ahí abajo, en la oscuridad, arrullada por el frío. Quieres subir, salir a la luz y poder sonreír y hacer alocadas locuras como antes de tropezar y caer. Pero no puedes levantarte. No es que no puedas, no tienes los medios; las piernas te fallan y tus brazos no se mueven por mucho que se lo pidas a gritos. Llega un momento en que tu mente también te falla, deja de querer luchar, prefiere abandonarse, dice "basta". Pero en el fondo sabes que conformándote no ganas nada, y sí pierdes. O eso parece. Es una ardua y constante lucha interna. E interminable. Parece interminable. Pero va a terminar pronto, y cuando menos te lo esperes, podrás salir ahí arriba y brillar, porque llevas mucho tiempo apagada, guardando tu luz para deslumbrar al mundo cuando emerjas de nuevo. Y tú serás el faro de esperanza para otros que estarán aún en el pozo, y desde bajo verán destellos de cuando en cuando que les recordarán que tienen que seguir luchando, que no es el final. No es el final, y lo sabes. Pase lo que pase, llegues como llegues, vas a lograr salir de ahí.

domingo, 11 de noviembre de 2012

"En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
enciende el corazón y lo refrena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió con vuelo presto,
por el hermoso cuello blanco, enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena;

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre."