viernes, 25 de diciembre de 2009

...Y ese abrazo me ha transportado, llevándome atrás en el tiempo, a aquellos días en que aún creía que todo era posible...

Días felices

Primeras muestras junto a vosotros. Nos ha costado mucho esfuerzo y dedicación, muchas discusiones, muchos fines de semana encerrados y muchos no fines de semana también. Eso además de las dificultades propias del oficio. Hemos llorado y nos hemos reido mucho con las escenas, y después de casi tres meses, hemos presentado este trabajo a un público. Nos habrá salido bien o no tan bien, dependiendo del día, pero, por lo menos yo, lo he disfrutado especialmente.
Y no sólo por la muestra. El pasar tanto tiempo junto a vosotros ha hecho que os convirtáis para mi en algo más que simples compañeros o amigos, pasando a ser una gran familia. Y así, quiero daros las gracias por todo, por haberme aguantado cuando he sido inaguantable, por haberme escuchado cuando más lo he necesitado, por haber estado ahí día tras día. Os agradezco vuestros buenos consejos. Buenas noches, dulcísimas señoras. Señoras, muy buenas noches. Buenas noches.

Y Feliz Navidad.

domingo, 20 de diciembre de 2009

¡Ay, Valencia mía!

Cada día me sorprende más el camino que está tomando la cultura en esta ciudad, y en el país en general. Hoy mismo, me he despertado al leer (vía facebook) un titular que se ha publicado en el periódico "Las Provincias".


"El teatro no se rinde en 2010"... ¿Cómo tienen valor estos señores, si es que se les puede llamar así, de publicar la programación que Teatres ha seleccionado para el próximo año bajo este título? Diría que me sorprende, pero no sería cierto, porque después de ver que una entidad como Teatres, por no pagar sus deudas, permite que se cierren salas como L'altre espai o el Teatro de los Manantiales, no puedo sorprenderme con esta hipocresía. ¡Oh, si, el año que viene podremos ver "Mamma mía!" y a los bailarines del Centro Coreográfico con otro maravilloso espectáculo con el que irse de gira por el mundo! ¡Y teatro clásico! Dios, ¡tanta cultura me abruma!
Por favor, ¿pueden estos señores de Teatres dignarse a mirar alrededor y ver cómo muere la cultura valenciana a este paso? No estoy diciendo que estos espectáculos no vayan a taquilla, pero también que vayan muchos otros. ¿A cuantos emprendedores se les da la oportunidad de actuar en el Rialto (que, ya de paso sea dicho, como teatro deja mucho que desear)? ¿Y en el Principal? ¿No se dan cuenta que su público siempre es el mismo? Son las llamadas, "señoras del bisón", las viejecitas con el nivel económico suficiente como para ir a la función de las 20:00h de todos los sábados en cualquiera de estos teatros. O las personas que no tienen la más mínima idea de lo que es el teatro, pero van simplemente por sentirse así "un poco más cultos".
¿Qué pasa con la gente a la que de verdad le interesa este mundo? Se les permite abrir salas prácticamente invisibles para el público, donde ir estrenando sus trabajos, que irán pasando de una sala a otra hasta que ya nadie les programe, y mueran. Eso si las salas no cierran antes.
Personalmente, me indigna bastante. Y tengo que decir que nosotros no nos rendimos, y que vamos a buscar la manera de terminar con esto de una vez por todas. Y cuando ya no tengamos fuerzas, sólo entonces, desistiremos.

Por cierto, os recomiendo encarecidamente la obra "El alma se serena", de la compañía La hongaresa, que estará en cartel en el Teatro de los Manantiales hasta la semana que viene.

sábado, 19 de diciembre de 2009

¿Fin de semana, o semana sin fin?

Sí, señores, mi última semana ha durado 20 días, y aún le restan cuatro más. ¿Que por qué? Pues porque entre Madrid, las Jornadas de Manantiales, y los ensayos ininterrumpidos para la muestra, en todo este tiempo aún no he tenido la oportunidad de sentarme a la bartola y relajarme un rato. Si a eso le sumamos los varios exámenes de la escuela de idiomas y los ensayos de las niñas para la exhibición del lunes, obtenemos el equivalente a mi estado psico-físico actual, osease, una mezcla de histeria, estrés, y cansancio de narices. Pero que esto no se tome como una queja, o como un lamento. No lo lamento en absoluto, simplemente es un hecho constatable.
Y no lo lamento porque a pesar de todo me encanta encerrarme en la escuela los fines de semana para lidiar con los personajes, aunque el tiempo juegue en contra nuestra.
Así que lo único que me queda por decir antes de irme a ensayar es que el Martes y el Miércoles mostramos, pero no mostramos ningún resultado. Mostramos parte de nuestro trabajo, y es un hasta aquí hemos llegado en menos de tres meses. Es, simple y llanamente, un día más de trabajar las escenas, solo que con público. Así que si alguien está interesado, invitados estáis.


Por cierto, me ha llegado por correo un sobrecito amarillo con un gran regalo dentro. Y viene de Castellón. Gracias.

jueves, 3 de diciembre de 2009

A mal tiempo, buena cara

No puedo creer que saliendo de mi casa a las siete de la mañana pueda haber llegado media hora tarde a la clase de las nueve. Si señores, esa soy yo. El caso es que a eso de las nueve menos cuarto, después de correr un ratito por el río, hemos ido hacia la escuela mi profe, otra profe y yo; cada una con su respectiva bici. El viaje empieza bien, yo la última (para variar) entre otras cosas porque no me conozco mucho las calles del carmen, pero bueno. Y comienza lo interesante. Segunda esquina a la derecha. Crock!! Mierda, ya se ha salido la cadena de la bici. Paro, me bajo, voy a poner bien la cadena... pero seguía en su sitio. Pues nada, sigamos adelante. He perdido a mis guías. Bueno, de momento es todo recto, ya las encontraré. Subo a la bici y pedaleo. Crotocró, crotocró, crotocró... Joder, parece como si fuera frenada. Repetimos el procedimiento. Bajo de la bici y me dispongo a recolocar el freno de detrás. Otra vez está bien. Bueno, a darse prisa que son casi las nueve. Crotocrocró, crotocrocró, CROTOCROCRÓ!!! Paro. Bajo de la bici, no me mola nada esto. Compruebo la rueda de detrás.
Está pinchada.
Mierdaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!! Le mando un mensaje a mi profesora, voy para allá. Después de cagarme en la puta bici y en toda su parentela me percato de que no sé dónde cojones estoy. Vamos bien. Anda que andarás que nunca llegarás. Nueve y media, al fin llego a clase.
Dejo la bici dentro, con todas. Pero resulta que aunque tenga un precioso pie es incapaz de aguantarse con la rueda deshinchada. Efecto dominó, y todas caen. Ahora me cago en la puta nación. Me dicen que no grite, que están en clase. Genial. Decido reirme de mi suerte y entrar en clase con toda la tranquilidad que puedo generar.

Definitivamente, mi bici me odia.

Por lo demás, el dia muy bien. Eso de reirme me ha venido genial, y la clase ha sido una pasada. Luego a francés, con el cachondeo habitual, y a correr otros diez minutos por la playa con mi hermano. Ves a dejarlo en casa de su tia y a dar clase de inglés, que entre que el niño se dormía y que mi mente no funcionaba del todo, ha estado buena la cosa.

Entre medias me llama Pelufa. Cambio de planes, no vamos a Madrid el sábado. Salimos mañana después de clase. Así que tira cagando leches a tu casa para hacer la maleta.

Y en ese punto me encuentro, así que voy a dormir un ratito, hasta que tenga la cena hecha, cenaré, haré la maleta, haré los informes que tengo que colgar esta noche, y si tengo un rato, dormiré un pelín más. Y ya me callo por hoy.

Bueno, sólo una cosa más. Hay una novena temporada de Scrubs. Ahora sí que me callo.


Sí, sí, sí, nos vamos a Madriiiid!!!

Mañana RESAD y en el puente a patear la capi. No ha acabado tan mal el día, ¿no?

martes, 1 de diciembre de 2009

Blablablablabla

Hay algunos días en que pienso que soy una egoista. Hay algunos días en que pienso que debería serlo más.
Ahora mismo, cuando debería estar aprovechando el tiempo en adelantar trabajo, en lo único que me concentro es en respirar. Respirar y contenter. Porque no quiero ensañarme con nadie, aunque debiera. Porque me he cansado de pedir las cosas una, y otra, y otra, y otra vez y que llegue el día siguiente y, como los niños pequeños cuando los regañas, todo lo que se ha hablado sea como si hubiera pasado un carro. Porque me toca las narices sentirme sola cuando hay tanta gente que debería estar apoyándome, en vez de hacer las cosas mucho más difíciles. Porque me jode acostarme todas las noches de mala leche por haber discutido lo de siempre, y levantarme todas las mañanas de mala leche porque me reprenden, de un modo u otro, por hacer lo que me gusta. Porque se quejan de que voy a mi bola cuando nadie se molesta en preguntarme ni en contar conmigo para nada. Las cosas no funcionan así. No puedes pretender que alguien se haga responsable de sus obligaciones cuando tu no te responsabilizas de las tuyas. Así que si soy un poco egoista, lo siento. Pero en momentos como este siento que lo tengo justificado.
De ahora en adelante me limitaré a resignarme, pero luego no quiero quejas.