lunes, 25 de octubre de 2010

Cuando estaba triste, metía la mano en el bolsillo y aparecía en ella un pequeño espejo. "Sabes..." -me decía- "siempre me han dicho que no era posible lo que deseaba, que dejara de soñar y abriera los ojos... ¿Para qué? ¿Para que querría alguien abrir los ojos si no puedes cambiar lo que ves? Cuando siento que algo parece imposible es... como intentar tocar las nubes: sabes lo altas que vuelan y tú solo eres un simple humano..." "¿Y entonces qué haces?", pregunté. "¿Entonces? Entonces hago bajar las nubes..." Y, poco a poco, mientras daba la vuelta al espejo, acercó la mano y las tocó.
¿Por qué...? ¿Por qué siempre me enamoro del hombre equivocado?

domingo, 17 de octubre de 2010

Pequeño humano que en la noche vagas,
¿no crees que es tiempo ya de que florezcas,
de que rompas las puertas y ventanas
y te enfrentes al mundo que te espera?
Asúmelo: nada conseguirás si sigues esperando
con las pesadas mantas tapando tu cabeza.
Tienes que reunir todas tus fuerzas y,
por tus propios medios, elegir olvidar tanta tristeza.

miércoles, 13 de octubre de 2010

¡Adelante!

Qué difíciles son los primeros pasos, ¿eh? Cuesta ser lo suficientemente valiente como para arriesgar nuestro orgullo. Cuesta no pensar en el qué dirán si esto sale mal, si no lo consigo. Cuesta pensar que es fácil equivocarse, y aceptarlo cuesta aún más.
Pero, ¿sabéis qué? Si no lo intentas, si no pruebas con todas tus fuerzas, si no tienes las ganas suficientes como para seguir ese pequeño impulso... es posible que el momento pase de largo y estés toda tu vida arrepintiéndote. Porque errar es humano, y si te equivocas puedes aceptarlo con el tiempo. Pero no se puede aceptar que no se está viviendo, no se puede aceptar que ansíes algo que has tenido al alcance de tu mano, y que has decidido no coger por miedo.
A veces, sólo hay que dejarse llevar...

sábado, 9 de octubre de 2010

Empezamos...

...nueva vida. Llevo tres semanas en Barcelona y sólo hace una que yendo a clase, he empezado a trabajar, a conocer gente, a hacer de niñera, e incluso a hacer deporte. Ya casi tengo el cuarto completamente organizado, y más o menos conozco mi barrio.
Es increible. Es que no puedo decir nada más, me encanta estar aquí, a pesar de que sé que quiero quedarme más tiempo del necesario. El Institut del Teatre es una pasada en todos los sentidos: buenos profesores que disfrutan enseñando, buenos compañeros con quien compartirlo, buenas instalaciones, y tampoco me quejo del plan de estudios (bueno, ingual me quejo un poco más adelante, ya se verá). Y luego la ciudad: hay bibliotecas en cada esquina en las que puedes sacar como 30 documentos a la vez, has polideportivos con miles de programas a buen precio, hay carreras populares todos los findes aquí o allá, y una oferta cultural grandísima. Y detrás de mi casa, parques, parques y más parques. Por cierto, estoy a un tiro de piedra del IT.
En cuanto al trabajo, pues por un lado de niñera esporádica, que no está nada mal; y por otro de profesora de rítmica tres horitas a la semana, cosa que me hace muy feliz.
Con lo que más estoy flipando es con la gimnasia estética. Ayer hice una clase de prueba y buah, qué grande. Tienes algo de rítmica, algo de danza, y un punto expresivo único, muy teatral también. Y aunque estoy hecha una abuela ocotgenaria, ayer lo disfruté enormemente.
Lo único que tengo un poco más en el aire es el francés, mi horario es de Lunes y Miércoles de 17 a 19h, concidiendo justamente con mi horario laboral. Yuju (por favor, remárquese la alegría de la onomatopeya). Así que me tienen que hacer un cambio de horario en cuanto les lleve el contrato que aún no me han hecho, pero bueno, se supone que están obligados a cambiarme.

Y nada más, que ya tengo internet en el piso y eso mola, pero vicia. Así que me voy.
Sed felices cual perdices.