Sueños

Creo que se acercan cambios. Bueno, es algo obvio por una parte, pero me parece que es hora de sentarse y pensar antes de tomar una decisión.
Últimamente engo muchos sueños, muy reales, no sensorialmente, sino en cuanto a hechos. Lo del otro día aún da vueltas en mi cabeza, pero hoy me he despertado nuevamente así. En clase, en el teatro enmoquetado de azul, con la profesora de mi hermana y haciendo un trabajo sobre el objeto (mi añillo de Irlanda) con la música de Ludovico Einaudi... Retroacción con fecha de hoy y mi profesora desdoblándose por otro lado.
No sé, me gustaría que alguien me explicara de qué va esto, porque no lo entiendo.

En luna nueva

Un papel con un número de teléfono. Alguien, un amigo al que conozco poco, que viene y me lo ofrece, acompañado de un sincero: "si necesitas ayuda, sólo tienes que pedirla" Una casa antigua, llena de recuerdos del pasado y de secretos ocultos hasta ahora. Pero llega el momento de volver a ese lugar y con ello se evidencian los problemas de uno mismo, las luchas internas. Se hacen tan obvios que dejan de ser secretos para serlo a medias. Ella se entera de lo que me pasa y preocupa, ella le pide que me dé el papel, y sé que ella me va ayudar a luchar. Si quiero tomar el riesgo, claro.

Una energía abrumadora, capaz de moverlo todo, de hacer que las cosas fluyan como desee. Si quien la tiene es capaz de decidirse a utilizarla.

Una ciudad en llamas, un presagio de muerte, unos pequeños seres del fuego y de la noche, que la invaden cual quimeras.

Un cielo sin luna, oscuro, en el que reina la incertidumbre del futuro. Un renacer, un signo de evolución, de aceptación, de crecimiento personal y de fé en uno mismo, de confianza.


Nunca más debo a dudar de mí misma. Nunca más voy a hacerlo.

Y ahora, lo siento. Me he comportado fatal, con una falta de madurez enorme y os he hecho pasar un mal rato, lo sé. No sé si lo de ayer salió bien o mal, pero salió. No fué un gran desastre ni una maravilla, eso lo tengo claro. Podría haber ido mejor. Pero ¿sabéis qué? Ya no me importa tanto. Lo realmente importante es lo que he aprendido en el proceso, y ha sido algo inmenso.
Ahora puedo confiar. Esa gilipollez que se había apoderado de mi mente ha sido desterrada en el exilio. Y confío en lo que he hecho, y en lo que hayan visto en mí.

Magnifique!!!

Mmmmm!!!!
Desayunando a las cuatro menos cuarto de la mañana de un Lunes, con una hoja de papel en blanco delante... Hermoso, ¿no?

Puede que lo sea, puede...

¿Nos ponemos serios ya y dejamos de hacer avioncitos? ¿Algo productivo, por favor? Anda, ordénate y luego vete a la cama.

Genial

Estupendo, me faltaba esto. Me propongo ser más optimista, hago productiva mi tarde del sábado, y cuando voy a acostarme en la cama para poder levantarme pronto y currar, se mete bajo del colchón una enorme araña. Tócate los huevos. Obviamente, ahora no puedo dormir en mi cama, pero tampoco en ninguna otra. ¡Joder! ¿Puede serse más gilipollas que yo en este instante? Claro, como no tenía bastante con todo lo demás de la semana...
Y una ola de pesimismo vuelve a entrar por la ventana... oleeeee!!!