domingo, 15 de febrero de 2009

El tiempo se nos escapa

Ayer, en la pizzeria, en la fiesta de cumpleaños-despedida de mi hermana, sucedió algo que me dejó pensativa. Mientras le daban los regalos y yo me preguntaba cuándo sería la próxima vez que la vería después de esa noche, sonó una canción. Yellow, de Coldplay. Otra de Irlanda. La sensación era la misma: tristeza de pensar en lo que no iba a tener, temor por algo que aún no habia sucedido, planes de futuro sin esas cosas, miedo a perder lo que más quieres, aunque sea por un tiempo. Y al salir por la puerta, el olor... Era como si estuviera de nuevo en el Joey's con todos vosotros. Podría haberme quedado allí toda la noche, simplemente recordando. Recordando todos esos buenos momentos.
Sé que nuna se podrá repetir nada parecido a ese viaje. Y desgraciadamente hay personas a las que puede que nunca vuelva a ver. Pero lo único que puedo hacer es aferrarme a todo lo que me queda: un puñado de buenos recuerdos, cada día un poco más borrosos. Y unos cuantos amigos a los que quizá no vea tanto como quisiera, o con los que casi no hable. Personas sin las cuales ahora no concebiría mi vida.

Me consuela pensar que al otro lado del mar, en una pequeña islita verde que nadie sería capaz de olvidar, sigue existiendo una familia que se acuerda de mí, y que continuan dispuestos a cuidarme aunque no esté a su lado. Y a los que espero poder ver de nuevo este verano.

Y también puedo decir que he tenido los mejores profesores que cabe imaginar, y que, aunque no lo sepan, me han regalado mucho. Y no puedo menos que agradecerlo. Espero volver a cruzarme con ellos.


La cosa sigue: el olor a lluvia, el escaso verde de Valencia, ver a un hombre con su guitarra en el río, ir en bici sintiendo el aire en la cara... Ha sido un finde irlandés, al menos en espíritu. Y me alegro de ello. Ahora sólo queda esperar y rezar para que podamos conseguir de nuevo la beca este año, y marcharnos juntos al otro lado del mundo, tan lejos como nos sea posible y tan cerca como siempre.

El tiempo se nos escapa, es cierto. Pero lo único que podemos hacer es mirarlo con sorna cuando pasa, como para decirle que hay cosas que nunca van a cambiar por mucho que él lo intente. Entonces podemos sonreir.

No hay comentarios: