sábado, 24 de enero de 2009

No sé qué me pasa últimamente. Ganas de estar con todos, ganas de estar sin nadie. Cuando estoy sola te busco a mi lado, y cuando estoy contigo no sé qué decir. Estoy cansada de todo, de todo lo que es la vida, de todo lo bello y hermoso, de todo lo triste y horrible. Estoy harta de luchar, de intentar llegar a algo y no llegar a nada. Me siento vacía, me siento desdichada, me siento inútil. Siento que todos mis esfuerzos no van a ningún lado. Me siento pequeña e insignificante, insegura, con miedo... Sólo quiero parar, detener este tiempo por un pequeño instante para sentir la paz que el silencio me brinde. Silencio, ¿lo has oído? Es el tiempo que vuelve. Pero vuelve distinto.
Vuelve fuerte y con ganas, sin temores algunos, seguro de sí mismo. Se siente cual gigante, y cual gigante vive, como si poseyese poder para cambiarlo, para cambiarlo todo, para cambiar el mundo. Y te veo a mi lado, y ya no estoy callada, sino alegre y amable, preguntándote mucho. Al mirarte a los ojos veo lo que ha cambiado: al fin he descubierto qué es lo que tiene el mundo para que no pudiera dejarlo ni un segundo. Yo también he cambiado, tú también has cambiado. Es mucho lo que el tiempo hace cuando nos toca. Y ya no estoy cansada, me siento diferente, feliz, capaz de todo.

No hay comentarios: