domingo, 12 de abril de 2009

Shanghai

Estoy flipando. Por razones varias. He de decir que este sitio tiene cosas buenas, pero también muchas malas. Pero me estoy precipitando de nuevo; iremos por orden.
El viaje en el avión no se puede decir que no haya sido pesado, pero de hecho nos trataron muy bien: nos dieron de comer, de cenar, de desayunar, y de beber cuando cada uno quería. Además, en el segundo avión (el que iba de Moscú a Shanghai) cada uno teníamos una pantalla con un mando, en la que te podías poner pelis, series, música, cuentos (en ruso, por supuesto) o podías jugar a distintas gilichorradas (porque el mando, si le dabas la vuelta era una mezcla entre teclado y mando de la play). Así que bien, aunque después de 15 horas tenías unas ganas de bajar que no veas.
En cuanto a la ciudad, desde antes de aterrizar se veía una especie de capa gris de varios muchos metros de alto, y ¿a que no adivinais qué era? Contaminación. Si señores, una capa de mierda gris impresionante. A parte de eso, Shanghai en sí está chulo. Por lo que me han dicho he llegado en el buen tiempo, así que aún mejor. Tiene muchas cosas sorprendentes, como chinos que te persiguen por la calle para venderte cosas, vehículos que no hacen ni puto caso de los semáforos (ya puede estar en verde que les da absolutamente lo mismo), andamios de bambú, gente que va por las calles con la mascarilla puesta para no morirse de la roña que respiran, y muchas más curiosidades.
La comida, importante. No existe en china algo que se pueda calificar de comida auténtica (por lo menos que yo haya visto). Todo engaña. La carne no sabe a carne, lo que tiene buena pinta puede estar vomitivo, y lo que no la tiene riquísimo. Es, como me dijo mi hermana, una lotería: puede salirte cualquier cosa. Lo que si que hay son un montón de cochinadas en plan galletitas, bollos, bebidas misteriosas, sucedaneos de chocolate...
Y bueno, de momento no cuento mucho más. Que en internet las cosas van cuando les apetece y si el gobierno chino lo decide oportuno (no funcionan cosas como el YouTube), así que no sé si podré escribir aqui muy a menudo.

Lo último. Ayer fuimos al templo de nosequien, uno que hay por aquí que es una pasada, y aprovechamos la excursión para comernos la mona de Pascua y el complementario huevo Kinder (traidos desde España, por supuesto). Y esta noche me voy de viajillo a Tianjin, a ver a Ali y a James, que tengo unas ganas que no veas, porque los echo un montón de menos.

Por cierto, mensaje para Bea: No vengas a Shanghai nunca a menos que traigas la maleta vacía, porque en las librerias venden algunos libros en inglés muy chulos, y lo mejor de todo es que la mayoría valen como dos euros... :S

P.D.: Tengo que dejar de comprar compulsivamente chatarra china, que con la tontería de que es barata me estoy arruinando.

Ya os iré informando de cómo van las cosas por aquí.
Besitos!!!

4 comentarios:

Unknown dijo...

Vale, maleta vacía, lo apunto.
Eres mala... ¡¡qué envidia!! En fin, supongo que algúen día de algún año podré ahorrar y pagarme un viaje a Shangai xD

¿¿Y cómo que a ver a Ali y a James??

Pues nada, ¡¡en cuanto vengas quiero que me cuentes cada minuto del viaje!!

¡¡Que vaya genial!!

Amp dijo...

puuuuuuuuuuuuuuta!! Ali y James??!
(L)
quiero comida vomitiva y unos palillos chinos. ¿Recuerdas?
Te echamos de menos.

P.D. Acuérdate del oso panda.

Carcayú dijo...

He pasado de la incredulidad a la envidia.
Joder, estás en China, en Shanghai, para más inri, y una de mis novelas preferidas en "Shanghai Baby" (de Wei Hui, esto lo digo para quedar como un chico culto).
En fin, disfruta, tú que puedes, y no te preocupes por comprar mucha chatarra china, siempre podrás deshacerte de ella al volver diciendo que "lo has comprado aposta para Fulanito" xD

Unknown dijo...

Sí, lo del hombre de morado ocurrió de verdad xD