Palabras

Hay palabras que valen más que otras.

Hay palabras vacías, cuyo significado es insignificante para quien las recibe, aunque no para quien las dice. Valen mucho como símbolo, pero no significan nada. No perduran. Se pierden en el silencio que las sigue, un silencio que equivale a una falta de entendimiento mútuo. Querer y no poder son estas palabras.
Hay palabras sencillas, que no quieren significar nada, pero que son sinceras, auténticas. Sabes reconocerlas enseguida, porque van directas a lo más profundo de nuestro ser.
Hay palabras violentas por ambas partes, cosas que no se quieren decir pero que demuestran una auténtica amistad sincera. Cosas que duelen. Éstas, son las más valiosas de todas. Son certeras, directas, con doble filo, siempre te hieren. Decirlas, y también aceptarlas, supone un acto muy valiente. Resuenan en la memoria durante mucho, mucho tiempo. Te hacen reflexionar, y plantearte las cosas. Te dejan descolocado. Te obligan a pensar.

Pero todas ellas son, al fin y al cabo, lo mismo: PALABRAS.
La decisión de qué hacer con ellas es sólo tuya. Puedes escucharlas, puedes ignorarlas, puedes rebatirlas...
Eso está en tus manos.