Es bueno saber, poder sentir, que incluso cuando las cosas van mal y parece que todo se derrumba, una sonrisa puede aflorar a nuestro rostro. Es bueno poder reir, disfrutar, y sentirse vivo.
Es bueno seguir soñando, mantener nuestros más profundos deseos como las brasas que no se apagan, cuidarlos. Hasta que un día, no sabemos cuándo, revivirán las llamas y estos sueños se cumplirán. Es bueno recordar que se puede ser feliz con poco.
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