domingo, 27 de noviembre de 2011

Un domingo cualquiera.

Confiar.

Confiar en que haya un mañana, un futuro, un después.

Confiar en que las cosas pasan, en que todo se arregla.

Confiar en que lleguen tiempos mejores.
En los que haya un nosotros.
En que los días grises no siempre sean tristes.
En donde respirar sea fácil.
En donde el caminar sea ligero.
En donde pueda abrir los ojos con ansias sin miedo a ver lo que hay afuera.

El miedo.

El miedo.

El miedo que convierte las noches en días interminables.
El que no me deja sola.
El que me ataca cuando menos me lo espero.
El que me hace sentir esclava.

El miedo.


Que se vaya.
Que termine ya su trabajo conmigo.
Que no vuelva en años.
Ya he tenido bastante.

Vete.

Déjame.

Sola.

Vacía.

Triste.

Pero sin miedo.

No hay comentarios: