Los intensivos de Septiembre han terminado, ¡al fin! Con ellos se marcha una sensación de vacío, de hacer las cosas por hacer, por obligación hacia los otros. Nunca más, no pienso permitirme no disfrutar ni un segundo de lo que hago.
Para compensar estas semanas de infierno, qué mejor que un breve viaje a Valencia, un fin de semana de estar con los mios.
Y ahora llega Octubre. Las clases han empezado, llevamos una semana y la cosa va mejorando por momentos, proporcionalmente a la faena que tenemos.
Ha sido una semana larga, de estas que estás tan ocupado que todo pasa de tirón, como si fuera parte de una misma escena: sólo en los momentos de cambio de plano puedes tomarte un minuto para respirar. Pero cuando ves el resultado, cuando piensas en lo bien aprovechado que ha estado el tiempo, suspiras aliviado, lleno de satisfacción. Y llega el Domingo, el único dia "libre", y decides aprovecharlo para que los cambios de plano sean más largos la próxima semana. Cada pequeño minuto en el que puedes desconectar de todo y estar contigo mismo es un regalo, y se aprecian más cuanto más escasos son, por desgracia.
Así que hoy, en mi dia libre, pienso relajarme, si, pero sin perder el tiempo. Voy a leer, escribir, ir al cine y quitarme de encima toda la faena que pueda.
Poquito a poquito, se hace el caminito...
Feliz dia a todos (en especial a los Valencianos, ¡feliz 9 de Octubre!).
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